
Dabas vueltas, girabas, te vestías y desvestías a la vez. Parecía que ni un pintor de calle parisina iba a retratarte como yo en mis ojos ésa mañana. Buscabas irte, buscabas quedarte, aún no lo entiendo. Completabas el círculo recóndito de mis pesares amorosos, buscabas cielo donde solamente ibas a poder pisar tierra. Te fuiste por la puerta de siempre, y me dejaste dos rosas sobre el mantel. Buscabas quedarte, claro, eras un sueño, tal vez una imagen de algo que es eterno, como el aire.













