No había nada más que amor. Y lo llevamos hacia los extremos, lo cambiamos por el misterio intacto, el cansancio y la sed de desvestirnos de a poco. Y reconocí que ésa era tu fantasía, y la llevé hacia lugares inexplorados, hacia tus poros erectos, al compás de tu entrega, sin timidez y guiada por el deseo. Tu cuerpo desnudo aclamaba no ponerme restricción alguna, iluminado, sobre la cama, sobre el pasto. Tu cuerpo era una luna, y yo iba a encenderte, iba a dejar que tu fervor saliera en busca de mi propio placer ( estabas siendo plenamente amada, azotada, ibas a pedirme que me detuviese en tus puntos más viriles, y no pensé en hacerlo). Era una corriente de besos que bajaban por tu espalda, testimonios de orgasmos poco comunes que alforaban en tu piel. Y escuchaba tu eco sonoro, y buscaba que nunca fueras tras el silencio. Y sentimos un cortocircuito, al atravesar mis manos todo tu cuerpo, al dejarte seca de desesperación y hundida en el deseo. Me aproximaba a tu encanto, a tu único lugar inexperto de roces, y podría emerger la cordura luego de hacerte el amor de esa manera. Estabas loca, y yo pretendía que no dejases de estarlo. Todo tu amor húmedo sobre mi cuerpo, toda mi dulzura sobre tus párpados. Estaba comiendo de tu razón, y no de eso precisamente me alimentaba cuando estabamos en la cama. Debajo de nuestro poripio universo corrían nuestras manos desesperadas, para emerger y abandonar la cama, con tus movimientos atravesar las paredes y recubrir el techo. Tu cuerpo se me muestra ilimitado, atascado en mi fantasía de tener todo lo que vos tuvieses a mano. Y buscar lo que no me quisieras dar. No quería que te enamores locamente, sino que mi cuerpo cansado, esos labios y veinte dedos hiciesen una fiesta en mi habitación. Que tus piernas ( esas que todavía hoy deseo) advirtiesen que ningún otro cuerpo era tan seductor sobre el tuyo. Giramos sobre las sábanas, que en vez de pensar en separarnos al amanecer nos mostraron el milagro de lo que nos rodea.
Comme je vais à cacher et je vais recouvrir le tout avec des feuilles entières de fluides de vous laisser aller.
Un poema a medias tintas serán letras borroneadas, una pluma que te ofrece homenajes a la nada, entera dame tu boca, no la mitad de tus labios que me endulzan con sus besos, y me escupen con agravios.
"Si un día la vida te arranca de mi lado, si murieras lejos de mí; no me importaría si no me amas, yo también me moriría."
Para que nada nos separe, que no nos una nada