
No me saben domesticar. Ése es su problema. No necesito ni terapeutas, ni psico-predadores. No necesito alguien que me tironee de los brazos y me diga: Vamos, entrá a la normalidad. Porque, en serio, cuál es la normalidad?. Me gusta ser blanca y negra y apartarme de los colores de neón, que por cierto, fueron los causantes de un leve nublado de vista y una afección por la cual usar lentes de contacto. No sé que es ser normal ni quiero serlo, porque si nos ponemos a ser lógicos, casi todo es normal. Ser lindo o ser feo es normal, ser especial es normal, ser terco es normal, ser un asesino es normal. A nadie le sorprende nada, porque yo tendría que llamar la atención?. La normalidad no causa efectos secundarios, y es lo que precisamente, yo estoy buscando. No necesito mejorar mi vida de ninguna manera, sino estar presente en todo lo que YO necesito para vivir, y listo. No me importa hacer oídos sordos, auqnue suene egoísta. Lo anormal está incorporado en mí desde los siete años y mi gusto temprano por Metallica o Rammstein. Punto y aparte, mi conciencia está hecha.
 
 
 
 


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 

 

 






 


 
 
 
 
 
 

 
 










 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
