La espontaneidad está terminando de acortarnos la vida. Nunca en mi vida traté de hacer planes, ni creo que muchas de las personas que me rodean ( & las que no) estén sujetas a los servicios activos & provocadores de un sistema planificado de vida. No es que viva para pretender esperar a que algo pase, pero no soporto estar a la expectativa de todo lo que sucede, mientras todo lo que tengo para vivir ( o para odiar, ya da igual) pasa de largo & yo quedo varada en un 318 en la hora pico, varada como un pomelo ridículo & morboso, bueno, sin tanta exigencia. Pienso que lo único que se de mi vida es que en un futuro quiero escribir para una revista de moda, pero de ahí, lo demás es una simple modoficación al cronograma.Resuelvo ser insistente, perder el tiempo nunca fue una sobriedad a la cual le dira el gusto, mucho menos despues de darme cuenta de que para la sección espacial actoral soy un fracaso. El único hecho factible sería que esta vida espontánea, de noches escalofriantes & días de poco helado, es lo único que puede determinar cuanto me queda para hacer. Existo de la manera más inexacta e insospechada, pero existo. No me importa si él no me habla, si ella quiere sacarme a mis huesos, o si lo que me hace feliz es instalarme en el shopping & quedarme seca. Lo peor de todo es que no sé que quiero, & lo espontáneo es lo que me impide ser inverosimil.