
No importa dónde sea, en ocasiones una solo quiere un beso lleno de ternura. Cuando nada me sorprendía, apareciste ante mí. Lo que más me gusta de mí es la capacidad de adaptación, la capacidad de saber acomodarme en cada espacio que tenés entre costilla y costilla y la rapidez al irme cuando empezabas a darte cuenta que estaba ahí. Lo que más me gusta de mí es poder pintar de rojo tu mundo cuando yo me pinto los labios. Lo que más me gusta de mí es saber reconocer tu olor, el sonido de tus llaves, el traspiés de tus mañanas y los hiatos que pronunciás. Lo que más me gusta de mí es no ser un diptongo. Lo que más me gusta de mí es conseguir encontrar las ocho letras de mi nombre entre tus manos y que tu pulso vaya al ritmo de mis "no quiero". Lo que más me gusta de mí es hacer que bailes con el agua de mis párpados, tenerte justo en el punto que yo quiera.